En una de sus pocas producciones narrativas, César Vallejo, el poeta universal, relata la historia de un niño campesino que es traído a la ciudad para acompañar en sus juegos y estudios a Humberto, el hijo del poderoso Dorian Grieve, el gerente inglés de la "Peruvian Company".Desde su llegada , Paco Yunque se enfrenta a la hostilidad de un lugar ajeno al campo donde siempre había vivido, incluyendo la escuela. Aquella que le espantó desde el primer momento, cuando llegó con su cuaderno, libro y lápiz. ¡Qué diferente era a la de su pueblo!. Allí no habían tantos niños ni ruido como en ésta. Mucho menos no eran tan curiosos .Cuando el profesor lo llevó a su nuevo salón, lo sentó adelante, con un niño llamado como él, y apellidado Fariña, quien desde un primer momento se propuso ser su protector. ante los abusos de Humberto Grieve a quien le perdonaban todo, incluso que llegara tarde; porque como era obvio, era el hijo del hombre más poderoso del pueblo.Grieve justificaba sus abusos por ser "patrón" de los Yunque, y los despropósitos en clase (como decir que los peces vivían por las alfombras de su sala), porque "Su papá era millonario y tenía mucho dinero". Uno de los pasajes más emotivos de la historia, es la que describe el recreo, donde Humberto hace escarnio de la condición de "sirviente" de Paco.Este abuso e impunidad se ve reflejada mucho más, cuando sustrae el examen de Yunque, borra su nombre y pone el suyo. El niño campesino no supo cómo explicar qué había pasado con su prueba y por lo tanto, fue amonestado. Después de la correciones, el profesor entregó al director el resultado; Grieve tenía la más alta nota, a pesar de haber jugado con la hoja de preguntas..Todos los niños recibieron con asombro la noticia, Grieve se jactaba, pero Paco Yunque lloraba impotente la injusticia. Nada lo podía calmar, ni siquiera los ofrecimientos de juguetes de su amigo Paco Fariña.
miércoles, 2 de junio de 2010
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